En nuestro país podemos encontrar tomates en más de 100 variedades. Cada una de ellas con particularidades de tamaños, formas, grosor de piel, colores y sabores bien distintas y peculiares. Este hecho se presta mucho a las modas y a las competiciones entre variedades, pero donde bajo nuestro punto de vista, moviéndonos en máximas calidades, “para gustos, los colores”.
El tomate “Ibérico” se cultiva principalmente en la zona de Níjar (Almería). Es un tomate asurcado de tamaño uniforme, pequeño a mediano, variedad tipo RAF (Resistente al Fusarium) obtenido mediante selección natural de sus semillas para conseguir ese color oscuro característico, una pipa verde, síntoma de buen tomate, y un sabor dulce muy intenso y una baja acidez. Además, tiene poca corteza crujiente de piel dura.
Existe una empresa que tiene registrada la marca “tomate Ibériko”, elegido mejor tomate de España en 2012 y que reivindica la paternidad de esta demandada variedad. Adicionalmente en el mercado podemos encontrar otras variedades también de alta calidad con atractivos nombres como “Pata negra” o” Tomate Jabugo” que incrementan los precios hasta niveles prohibitivos provocando en muchos casos la confusión y la desconfianza del consumidor. En PideSano hemos renunciado a la distribución de esas marcas tan llamativas en aras de conseguir un precio más accesible a esta sabrosa variedad.
De manera natural, los precios altos se justifican en la escasa producción tanto por rendimiento de la planta (cuatro veces menos que una tomatera de otra variedad) como por la escasa superficie dedicada a su cultivo (menos del 1% del tomate nacional), lo que da una producción muy limitada.
Este es un tomate, como el resto de los tomates RAF que madura de dentro hacia a fuera por lo que en su mejor momento de debe presentar sólo pinceladas rojas principalmente en su base, pero aún con zonas verdes y marrones oscuras. Al cortarlo conviene eliminar el centro leñoso para evitar amargores.