“Pimiento de Padrón, unos pican y otros no”.
A Cristóbal Colon se le debe mucho. Entre todas las cosas, el pimiento. Es un fruto hueco, originario de México, Perú y Bolivia. El pimiento, se introdujo en España para desplazar a la pimienta, y trajo con ello, los primeros graves conflictos comerciales con los portugueses. Comenzó a cultivarse en España a partir del Siglo XVI aproximadamente, luego fue extendiéndose a Italia, Francia y el resto el mundo.
Según su sabor los podemos clasificar en dulces, picantes, secos, etc., pero casi siempre nos referíamos a ellos según su su color y procedencia, por ejemplo: los pimientos verdes italianos, los pimientos de Lamuyo, los rojos californianos, los de Padrón, los del piquillo, etc. En general, se deben escoger duros, carnosos, muy firmes, de color brillante, exentos de golpes o magulladuras y el tallo debe de estar verde y firme.
El pimiento de Padrón, es originario de la localidad coruñesa de Padrón aunque su cultivo ya se ha extendido a otros territorios. Se trata de una variedad del chile que fue importada a Galicia por misioneros del convento franciscano de Herbón.
Hoy, estos pimientos gozan la protección otorgada por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) ”Pimiento de Herbón” que comprende los municipios de Padrón, Dodro, Rois, Pontecesures y Valga.
Se recolecta en estado joven, fruto de tamaño pequeño (3-5 cm), alargados y puntiagudos, de sección triangular cónica.
Es ligeramente rugoso o asurcado, de piel delgada, con dos o tres cascos (lóbulos).
Carne fina y dulce, pero que puede virar a sabor picante, sobre todo, cuando sobrepasan determinado crecimiento o tamaño.
Fríe bien y, como dice el refrán: “los pimientos de padrón unos pican y otros no”.