Originario de China, llegó a Nueva Zelanda a principios del siglo XX y a EEUU en los años 70, por lo que se puede afirmar que es una planta moderna de reciente introducción en los mercados europeos y americanos. Necesita un clima templado con humedad por lo que los principales países productores son Italia, Francia, Nueva Zelanda, Chile y Brasil. En España se produce en Galicia y en menor medida en Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra.
El kiwi es una de las frutas más saludables y universalmente más recomendada; es un tesoro para la salud. Debido a sus propiedades nutritivas y acción antioxidante está indicada para niños, jóvenes, adultos, deportistas, embarazadas, lactantes y personas mayores. Vamos, para todo el mundo.
Básicamente existen dos tipos: a) El de pulpa verde: con un sabor agridulce muy refrescante, piel con vellosidades, es la que se importa de Nueva Zelanda, y b) El amarillo (kiwigold): sabor más exótico, piel lisa, de reciente incorporación a los mercados y bastante más caro.
Los kiwis contienen mucha fibra, pocas calorías y muchísima vitamina E, así como C (más del doble que una naranja), B3,B6, B2, B1 y K, y minerales como potasio, yodo, calcio, fósforo, hierro y sodio. Esta fruta es un auténtico tesoro nutricional ya que es un poderoso antioxidante, aporta mucha vitamina C y es rico en minerales.
Se puede tomar fresco, pelado o partido por la mitad y tomado con una cucharita, y también en ricas ensaladas, postres, sorbetes y zumos.A la hora de comprarlos no deben estar demasiado maduros ni blandos. Para conservarlos bien mejor en una bolsa para alimentos y dejados a temperatura ambiente en lugar fresco, pueden durar semana y media. Si estuvieran verdes y quisiéramos que madurasen entonces se pueden colocar con peras y manzanas que al despedir etileno aceleran su maduración. Para que duren más tiempo también se pueden conservar en nevera y toleran bien la congelación.