A mediados de la primavera aparecen las “frutas con hueso” que tanto asociamos con el verano. Una de las más populares y, también de las más saludables, son las cerezas. Son la “guinda del pastel” de la primavera. Dulzor, frescor y sabor en mini dosis. Muy atractivas para los niños (pero cuidado con los huesos) son ideales para fomentarles el consumo de fruta.
Las cerezas maduran en el árbol durante todo el verano y se puede consumir desde finales de abril hasta finales de agosto. Hay que recogerla madura y distribuirla con rapidez si se quiere asegurar sus excelentes propiedades. Se pueden conservar en cámara de frío, pero pierden buena parte de su sabor. Esto es importante por que hace que la producción deba ser ordenada por variedades (que coloquialmente se utilizan con cierta imprecisión). Las principales son por orden de llegada al mercado son:
- La burlat de tonos rojos intensos, con buen tamaño, carnosas y con hueso pequeño pero de mayor acidez
- La sumit y la sumburst más entrada la primavera son de color rojo intenso, con hueso más grande en una y en forma de corazón el de la otra.
- La starking color morado tirando a muy negra y de forma redonda arriñonada. Su carne es oscura y jugosa, así como dulce y de paladar muy agradable, parecen "ciruelas pequeñas".
- las picotas, son una de las variedades más tardías que se cultivan en España (desconfía si las ves antes de julio). Se caracterizan por cosecharse sin rabo. Además, su tamaño es grande, son redondas y de gusto bastante o muy dulce.
Por su parte la guinda es el fruto del guindo, un árbol de otra especie conocida como "Prunus ceasarum" muy próximo al cerezo y al que se le considera un cerezo silvestre. La guinda, es una cerecita roja oscura y pequeña, de regusto ácido.
España es un gran productor de cerezas, una fruta que exportamos a Alemania o Reino Unido. Según el Ministerio de Agricultura, en 2017 se recogieron en nuestro país más de 110 millones toneladas de cerezas el 50% aproximadamente destinado a la exportación. Por regiones, sin duda Extremadura, en especial la provincia de Cáceres, ostenta el liderazgo productor gracias al Valle del Jerte (D.O.P), seguida por Aragón, Andalucía y Catalunya, así como algunas zonas montañosas del norte de la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana.